Opinión médica ortopédica sobre los zapatos de suela blanda Liliputi
Dr. Cs. Frank László – Cirujano ortopédico pediátrico, Instituto Nacional de Pediatría Heim Pál
Los primeros pasos independientes de un niño son un momento decisivo no solo para sus padres, sino también para él mismo. A partir de ese momento, el niño entra en una etapa completamente nueva de su vida. Caminar permite un movimiento mucho más rápido y eficiente en comparación con las formas de movilidad anteriores. Sin embargo, también supone un reto importante para el sistema nervioso, que aún se encuentra en desarrollo.
En esta etapa, los bebés dan pasos cortos con una postura relativamente amplia, pasando mucho tiempo con los pies en el suelo y poco tiempo en el aire. Su forma de caminar aún no se asemeja a la de los adultos. Los arcos característicos que definen la estructura del pie adulto aún no se han desarrollado, y la planta del pie del bebé permanece plana.
Tras la fase de bipedestación, el sistema nervioso experimenta un rápido desarrollo. Durante los primeros 3 a 6 meses de aprendizaje de la marcha, tanto la maduración neurológica como la práctica de la marcha son cruciales. En esta etapa, los niños pueden caerse con frecuencia, pero ya pueden ponerse de pie por sí solos sin ayuda. Este proceso mejora la coordinación, el equilibrio, la fuerza y la resistencia.
Caminar descalzo es crucial en esta etapa: el bebé necesita sentir el suelo y sus irregularidades. Esta estimulación natural fortalece los músculos del pie, contribuyendo a la formación de arcos correctos y una postura saludable a largo plazo.
Por eso es tan importante elegir el calzado adecuado. El zapato ideal debe tener una suela suave, fina, flexible y antideslizante, a la vez que protege los pies del niño de las agresiones externas. Muchos niños en esta etapa caminan con los pies hacia adentro o hacia afuera, o a menudo de puntillas; estas variaciones se consideran normales en esta fase del desarrollo.
Desde una perspectiva ortopédica, los zapatos de suela blanda Liliputi son ideales para los niños, ya que apoyan el desarrollo natural del pie y ofrecen los beneficios del movimiento descalzo.
Cumplen plenamente los estrictos requisitos del calzado descalzo.
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