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La crianza con apego es una mentalidad – The Soother

La crianza con apego es una mentalidad – The Soother

2025 April 23 por Mariann Hornyák

La crianza con apego es una mentalidad, un estilo de vida, una actitud. La lactancia materna a demanda, el colecho, el porteo: todos son ingredientes importantes. Es esencial que la atención y el cuidado de la madre no se vean reemplazados por dispositivos electrónicos. No le das juguetes musicales ni cantores al bebé para que se duerma; en su lugar, cantas tú mismo. No enciendes la televisión para que el niño vea el teatro de marionetas; en su lugar, juegas con las marionetas desde detrás de la silla.

No le das biberón ni chupete, sino que le das el pecho cuando lo pida. La pones al pecho varias veces al día, siempre que tenga hambre, sed, esté cansada, de mal humor o cuando te lo pida sin motivo. Incluso a los tres o cuatro años.

¿Pero qué pasa cuando algo no funciona?

¿Qué pasa cuando resulta que solo somos madres, solo humanas? Somos superheroínas, entidades místicas, llenas de maravillas y un poder infinito, eso no es una pregunta. Somos brazos suaves y utensilios de cocina a la vez. Maestras y limpiadoras, médicas, enfermeras, conductoras y payasas de circo. Y aun así: solo humanas.

Podría pasar algo. Algo muy humano. Te lesionas o enfermas. Te cansas. No puedes repartir tu atención entre tres o cuatro niños. No puedes gestar a tu bebé por una enfermedad grave. O se te acaba la leche.

Surge la pregunta: ¿qué haces si no puedes gestar ni amamantar? Te gustaría darle a tu bebé todo lo que desea o necesita. ¿Deberías aferrarte a tus principios y no darle el chupete cuando no puedes satisfacer su necesidad de mamar en ningún momento? ¿Deberías dejarla sufrir o ayudarla y darle el chupete, yendo en contra de tus principios? Esto es solo un ejemplo, pero válido para cualquier situación de la vida.

La respuesta está en mi primera frase: La crianza con apego es una mentalidad. La clave está en satisfacer las necesidades biológicas y emocionales básicas de tu bebé. No la dejas sufrir solo porque no puedes darle algo esencial. Cuando estas necesidades humanas primarias se satisfacen, tu corazón se llena de alegría y tus almas se llenan de felicidad. Es muy importante ver las cosas desde la perspectiva del bebé. La crianza de nuestro hijo no se trata de nosotros, en primer lugar.

La necesidad del bebé no es estar envuelto en un fular elástico. Le gustaría tener el mayor contacto posible con su cuerpo, para poder oír tu respiración y tus latidos, sentir la vibración de tu pecho cuando le dices por qué la vida es tan maravillosa desde que existe. Quiere estar cerca, susurrarse al oído mientras cocinamos o hacemos la compra. El porteo es una herramienta que permite satisfacer la necesidad de contacto corporal de forma sencilla. Les ayuda a ambos a aguantar sin desfallecer. Snugglebunny puede acurrucarse junto a ti durante horas, poniéndose cómoda, mientras tú te reconcilias contigo mismo, haces tus recados, te encargas de la oficina en casa, las tareas de la cocina y la ropa.

¿Qué pasa si no puedes o no quieres cargar mientras estás de pie? Lleva a tu bebé acostado. Acurrúcalo mientras duermes o toma una siesta con él durante el día. Dale la oportunidad de acurrucarse con la cabeza sobre tu corazón, para que sienta de nuevo que está seguro en este mundo y que no está solo.

¿Qué pasa si no puedes o no quieres amamantar a demanda? Acurrúcate mientras le das el biberón. Usa un dispensador de nutrición infantil que puedas colocar en tu pecho. Te brindará momentos íntimos y felices. Ofrécele al bebé su dedo, mordedores, un juguete de peluche, por supuesto, solo con moderación.

No uses el chupete como silenciador, sino mientras lo abrazas y con cariño. No dejarías que tu bebé corriera por el parque o la calle con tu pezón en la boca, así que no le ofrezcas el chupete mientras juega, sino ofréceselo en lugar del pecho: para calmarlo, para ayudarle a dormir y a encontrar la paz, para restablecer su equilibrio psicológico. Quizás incluso pueda jugar con el chupete en la boca. Sin embargo, si lo usas en exceso, puede tener desventajas. A la larga, el sufrimiento emocional y la desatención de las necesidades del bebé solo pueden acabar mal.

Si la lactancia materna es normal y natural para un niño de dos años, ¿por qué no podría ser normal que un niño que no toma pecho use chupete o beba del biberón? El deseo de mamar es innato en todos los niños. Cuanto más natural les resulte succionar (un chupete o el pecho), menos inhibiciones desarrollarán y dejarán la lactancia materna o el chupete con confianza, cuando estén listos.

Esto es un reemplazo para la madre, sin duda. Pero cuando el bebé no puede recibir más de su madre, no se le debe quitar la posibilidad de compensar lo que necesita. Lo importante es que se conozcan, que descubran la personalidad de su hija y encuentren las mejores soluciones para ella. ¡Y que la amen incondicionalmente, con o sin chupete!

Mariann Hornyák

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