Carta a mamá
Querida mamá,
Probablemente te parezca extraño que te envíe esta nota ahora.
Es un mensaje bastante personal y quería dejarlo claro. Pasé noches componiéndolo y descarté muchos borradores. Tenía muchas ganas de decírtelo, porque es muy importante.
Finalmente decidí que no pensaré en frases brillantes y que quizá suene simple pero mis palabras son verdaderas, salen de mi corazón.
Te amo.
Me diste la vida y me criaste.
Te amo.
Ahora que tengo mi propia familia, te entiendo aún más. Siento que te conozco mejor. Y sé que estás preocupado. Podrías estar herido.
Sabes, no soy tú. Y no elegí el mismo camino que tú recorriste conmigo. Sé que lo notaste. Y tal vez no entiendas por qué.
Pero escucha, eso no significa que tu camino sea malo.
Sólo significa que tú elegiste eso y ciertamente fue lo mejor que pudiste elegir en ese momento.
Tengo diferentes caminos, oportunidades y enfoques. Tú y yo no fuimos criados de la misma manera. Tú tampoco imitaste a tu madre. Y mi madre no era igual a la tuya; tengo valores diferentes, caminos diferentes.
Ahora yo también me convertí en madre. Ahora formo parte de tu tribu. La tribu de las madres. Tú y yo nos convertimos en miembros iguales de esta tribu, y cada una tiene su camino y sus decisiones.
Te amo.
Amo y acepto todo de ti.
Sólo te pido que me devuelvas ese amor y esa aceptación.
Ahora soy madre y soy una hija orgullosa.
Aunque siempre honraré a mi familia, ya no necesito guía, me gustaría intentar recorrer mi camino por mi cuenta, así que por favor deja ir mi mano.
¡Mamá! ¿Podrías quedarte, por favor? ¿Por si me caigo?
Amar,
Mariann